Implementar soluciones innovadoras ha conllevado siempre retos exigentes. Hoy más que nunca, las metodologías del ‘pensamiento de diseño’ son un aliado para hacer frente a estos desafíos. En este artículo hablamos sobre el Design Thinking y su importancia en las estrategias de marketing de cualquier empresa.
¿Qué es el Design Thinkin?
En nuestras empresas todos sabemos sobre la necesidad constante de innovar y encontrar soluciones originales a los nuevos retos, y a los de siempre. No por nada innovar es la clave del progreso; el ingrediente secreto de una receta exitosa.
También sabemos que brindar una buena experiencia de venta tiene impacto en la preferencia del cliente por nuestra marca, en la lealtad de las audiencias y en las tasas de ventas; ya que, efectivamente, el secreto de una buena estrategia de marketing consiste en saber desarrollar experiencias de marca centradas en el consumidor.
Y aquí es donde entra en juego el Design Thinking.
Esta metodología de innovación ha permitido que algunas de las marcas más queridas del mundo, como Apple, Airbnb, Uber o Ikea desarrollen productos y servicios centrados en el ser humano.
Un desafío que enfrentan por igual todas estas empresas es mantener la inercia de la innovación como imperativo para continuar avanzando en sus respectivos mercados; pues la innovación no es una solución ocasional que aplicamos a un reto puntual, es más bien un reto que permea la forma en que abordas las estrategias y objetivos en todos los frentes de tu empresa (branding y marketing incluidos).
Design Thinking es una metodología útil para encontrar soluciones de diseño relacionadas con las personas; un enfoque sistemático que, por ejemplo, en el campo del marketing, permite generar constantes ideas capaces de incentivar la interacción y la conexión con las audiencias.
Principios del Design Thinking
Empatía.
Las personas, no la tecnología, son los impulsores de la innovación, por lo que una parte esencial del proceso de Design Thinking consiste en reconocer el lugar del otro para lograr un efecto empático genuino.
Enfoque a resultados.
El Design Thinking se enfoca en lograr resultados prácticos y soluciones:
- Técnicamente viables. Desarrollar productos o procesos funcionales.
- Económicamente viables. La empresa puede permitirse implementarlos.
- Deseables para el usuario. Satisfacen una necesidad humana real.
Ideación.
En la esencia de Design Thinking, asumimos que para encontrar soluciones innovadoras debemos:
- Adoptar la mentalidad del diseñador.
- Abordar el problema desde la perspectiva del usuario.
Al ser un marco basado en soluciones, la atención se centra en generar tantas ideas y posibles soluciones como sea posible. La ideación es tanto un principio central como un paso recurrente en el proceso del pensamiento de diseño.
Colaboración.
Al poner en común una variedad diversa de perspectivas e ideas, damos un paso seguro hacia la innovación. El Design Thinking fomenta la colaboración entre equipos heterogéneos y multidisciplinares.
Experimentar y repetir.
No se trata solo de generar ideas, sino de convertir las ideas en prototipos, probarlos y realizar cambios en favor del feedback de los usuarios.
El Design Thinking tiene un enfoque iterativo, por lo que también resulta esencial estar dispuestos y abiertos a repetir ciertos pasos en el proceso a medida que descubrimos fallas y deficiencias en las primeras versiones de la solución o estrategia.
Enfoque a la acción.
Al mismo tiempo, el Design Thinking es un enfoque extremadamente práctico para la resolución de problemas. Se rige por un principio de eficacia o enfoque a la acción, pues el objetivo es:
- Convertir las ideas en productos o procesos tangibles.
- Comprobar su eficacia lo antes posible.
¿Por qué los especialistas en marketing deben conocer el Design Thinking?
El Design Thinking propone a los especialistas en marketing ser cada vez más empáticos en los enfoques de comunicación con los clientes; esto es, ponerse en el lugar del cliente para comprender sus necesidades, deseos y posibles problemas.
Así que, en lugar de solo vender, debemos profundizar en los por qué y para qué de los clientes y de la marca o empresa; y por supuesto, contar historias más convincentes.
¿El resultado? Entender por qué las personas necesitan tu producto o servicio y cuáles son las principales cuestiones que influyen en sus decisiones de compra. En otras palabras, lograr conexiones reales con tus clientes.
¿Cómo adoptar el Design Thinking en nuestra estrategia de marketing?
Investigar.
El Design Thinking es diseño centrado en las personas. Esto exige realizar investigaciones reales para conocer la realidad de nuestros clientes, sus ‘puntos de dolor’, sus necesidades, deseos y aspiraciones.
Un gran ejemplo de lo ofrece UberEats. Para comprender sus diferentes mercados, la empresa suele investigar la cultura gastronómica en distintas ciudades y los lugares donde viven, trabajan y comen sus clientes.
A través del programa inmersivo Walkabout, el equipo de marketers y diseñadores de UberEats visita cada trimestre una ciudad; aprenden la cultura gastronómica, estudian las infraestructuras de transporte y logísticas; entrevistan a socios, repartidores, trabajadores de restaurantes y consumidores; comen y, al regreso, comparten sus aprendizajes con todo el equipo. Cada visita ayuda a construir una comprensión integral de los diferentes mercados y clientes.
Conectar.
De la misma manera que el storytelling nos enseña que las campañas de marketing exitosas conectan con la fibra emocional de la audiencia, el Design Thinking nos expande la visión para que —además de basarnos en números y estudios de mercado cuantitativos— busquemos datos cualitativos que permitan hacer saber a nuestros clientes que queremos dar solución a sus necesidades.
- Saber por qué los clientes compran un determinado producto o servicio brinda la oportunidad de establecer un adecuado customer journey.
- Definir el problema significa conocer a tus clientes lo suficiente para poder crear contenido que les emocione.
- Para vender hay que hacer preguntas. Cuando las empresas definen un problema sin empatizar con las necesidades de sus clientes, terminan perdiendo el tiempo con clientes potenciales no calificados. Por esta razón hay que hacer muchas preguntas a los clientes, también a las personas de tu equipo, y repasar la experiencia de compra.
Prototipar.
Prototipar en Design thinking es convertir las ideas en algo palpable: un producto o servicio mínimo con el que puedas experimentar internamente (y obtener retroalimentación de tu equipo) y luego con tus clientes. El prototipo sirve para entender lo que funciona y lo que no. Por ejemplo:
- Desde páginas web, hasta versiones de tus copy, nuevos ads o anuncios impresos, puedes crear prototipos de tus estrategias de marketing y obtener retroalimentación rápidamente.
- Planea presentaciones de demostración e incluso varía el proceso de ventas.
- Incluye a diferentes personas de la empresa en el proceso de creación de prototipos para obtener información desde distintos puntos de vista.
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